Uno de los aspectos más importantes a considerar en la valoración de la danta es su función ecológica como dispersor de semillas en los bosques de tierras bajas, además de ser un animal importante en la cultura autóctona venezolana. La danta forma parte de la cosmovisión de muchas etnias indígenas venezolanas. Notable es su presencia y protagonismo en el mito de María Lionza, patrimonio cultural del país.
El hecho de que todavía existan buenas extensiones de hábitat para la danta al sur del país, permite mantener una actitud optimista y suponer que aun existen poblaciones viables de esta especie viables en dicha región. Lo contrario ocurre al Norte del Río Orinoco, donde la especie ya ha desaparecido en muchas zonas y las poblaciones remanentes que aun subsisten, continúan disminuyendo como consecuencia de la cacería indiscriminada y la destrucción de su hábitat.